sábado, 26 de mayo de 2012

Snuff, una novela de dos rombos


Hola a tod@s!
Cuando terminé los juegos del hambre me propuse no empezar otro libro ‘largo’ en una temporadita así que me he dedicado a  la lectura de un par de compilaciones de relatos que encontré por ahí al azar (Pequeños cuentos misóginos, de Patricia Highsmith y 12 pistas falsas de Jeffrey Archer). Siempre me han gustado los relatos cortos pero debo reconocer que pronto me saturan, con lo que termino yendo a ‘respirar aire nuevo’ en alguna novela. En esta ocasión, tras los relatos me he volcado en dos novelas relativamente cortas Snuff de Chuck Palahniuk, y Perdidos, de Peter Straub en la que aún ando inmersa. Os hablaré sobre los relatos en otra ocasión, hoy es el turno de Snuff.
El club de la lucha es una película que me encanta y el autor de la novela en la cual está basada es Chuck Palahniuk , autor a su vez de Snuff. Sin embargo no elegí este libro por esta razón (de hecho, esto lo he sabido a posteriori), sino que acabé con él en mi kindle de forma más o menos azarosa atraída por un argumento que, en principio, prometía bastante:
Una famosa actriz porno en decadencia decide relanzar su carrera batiendo el record mundial de polvos consecutivos (así en el original, no me tachéis de ordinaria (aunque en ocasiones lo sea, pero eso ya es otra historia :P)) con 600 hombres distintos (no se me ha ido ningún cero, no: seiscientos). En la ruidosa y peculiar sala de espera, los números 72, 137 y 600 aguardan su turno buscando que su contribución en ese momento histórico cambie sus vidas para siempre.
Bien, leyendo esta sinopsis confieso que pensaba encontrarme con una novela gamberra, provocativa y cómica al estilo de Eduardo Mendoza, pero con un ambiente extravagantemente obsceno. Sin embargo ya las primeras páginas me sacaron de mi error: el autor presentaba un panorama más bien sórdido y cochambroso para unos personajes hundidos en la decadencia, en la miseria personal que poco o nada tenían de irreverentes y poco menos de cómicos. Había decepcionado mis expectativas, pero viendo el verdadero interés de la novela decidí leerla de todos modos aceptando la perspectiva depresiva desde donde se enfocaba.
Cada capítulo aborda la situación desde el punto de vista de cada uno de los hombres 72, 137 y 600 y de, además, Sheila, la encargada de dirigir administrativamente el evento. Aunque el autor pretende crear un argumento en el que las distintas voces generen una ambiciosa multiperspectiva de la escena principal, para mí la pretensión queda en eso: en intento. No hay unidad en el resultado y la atmósfera es tan miserable y ponzoñosa que llega a molestar. Entiendo que el autor quería remarcar lo sórdido de los entresesijos del comercio del sexo, e incluso la decadencia personal (en términos generales) pero en realidad si era una crítica, esta no termina de cuajar y sin duda tampoco se llega a explotar de una forma significativa. Es como si hubiera gastado todo el presupuesto en crear una fachada demasiado recargada para un habitáculo impersonal y neutro.
En principio el título 'Snuff' (que como todos sabemos gracias a Amenabar y su Tesis, es un tipo de película dedicada a captar el asesinato real de algún pobre desgraciado) se presenta como una pista de la posible resolución final que va a tener ese histórico metraje porno. Y esa duda que pende sobre el destino de los protagonistas podría haber resultado mucho más emocionante de lo que a fin de cuentas termina siendo. De hecho esa sugerencia de que de lo pornográfico se va a pasar a lo sádico podría haber sido muy potente. Sin embargo el final no se si es demasiado estrambótico para una novela que no lo es demasiado, pero me pareció forzado y demasiado parco en matices, ende que el autor olvida por completo a dónde quería ir a parar con el plantemaiento de la novela (o al menos eso parece). Una lástima de desarrollo que no lo salvan ni los personajes que si bien tienen cierta profundidad, no han conseguido atraparme en ningún momento.
En definitiva, aunque tiene algunas luces como las anécdotas que cuenta Cassie Wright, la actriz porno y alguna historia periférica con cierto atractivo (la del padre del número 137, por ejemplo), en general me parece que un argumento ambicioso se ha malogrado por un intento de oscurecerlo y rebuscarlo demasiado. Una lástima porque la idea principal era interesante y la prosa del autor es muy buena.
Y hasta aquí la reseña de hoy, que tengáis buena semana!!




P.D.: Por cierto, curiosamente esto del record mundial de ‘600 polvos consecutivos’, que a una servidora le suena a barbaridad de las grandes, ya está más que superado. Según cuentan por aquí y por allá en Internet Lisa Sparxxx tiene el record (documentado) habiendo llegado a la friolera de 919 en un solo día. Aunque algunas fuentes dicen que este es el record hasta la fecha, hay información paralela que señala que el mismo ya ha sido batido por otra actriz, Erin Daye, que ha alcanzado la cifra de 1001. No te acostarás (que verbo más bien traído) sin saber una cosa más.

4 comentarios:

  1. Buena reseña. No conocía ni el libro, ni que el título se refiere a un tipo de películas, ni nada de casi nada. Debo ponerme al día rápidamente.
    Lo del número de polvos consecutivos...ufffffffffffff: ¡madre mía de dios!!!!!!!Bueno, éso, sin comentarios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se si en este caso saber de estas cosas (del título y demás) habla en favor del conocedor o en contra :P jajaja. Besos!!

      Eliminar
  2. Uff creo que este estilo no va mucho conmmigo. Prefiero historias narradas de otras manera. un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja... sí, la verdad es que tampoco es lo que yo suelo leer.

      Eliminar