viernes, 30 de marzo de 2012

La invención de Hugo, cine y papel.


La reciente nominación y triunfo en la gala de los Oscar de su versión cinematográfica, me hizo rescatarlo de lo alto de una estantería y pasar sus páginas para recordar un poco aquel libro. Fue un regalo navideño de una vieja buena amiga que solía arriesgar en sus obsequios buscando apuestas literarias originales. Pocas veces fallaba en su elección, y con esta ¿novela? (no estoy muy de acuerdo con que este género abarque a este libro, pero de eso ya hablaré después) tampoco erró el tiro. Así es como La invención de Hugo Cabret de Brian Selzick, llegó a mis mano; seguramente yo no lo habría comprado por iniciativa propia ni en un millón de años, pero, curiosamente, con el tiempo he advertido que es un libro que para mí no ha caído en el olvido (como tantos otros), y eso lo coloca entre las obras sobre las que me gusta hablar.
No he visto la película, así que no se si es fiel o no lo es. Según lo que he podido ver en el tráiler y en algunos reportajes, el argumento sí parece muy similar. En cualquier caso creo que  hubiera sido (o ha sido, si de hecho la película se aparta de la novela) una lástima desaprovechar  muchos de los elementos más extravagantes y encantadores del original.  En esencia La invención de Hugo Cabret, es un libro de aventuras y misterios que recuerda a películas como La búsqueda o novelas como El código da Vinci. Diferentes enigmas surgen al paso del protagonista que necesita de sus compañeros para resolverlos (empleando para ello la argucia y los conocimientos sobre su entorno y la historia del escenario (en este caso la historia del cine)).  Finalmente el protagonista, al concluir su periplo, se redescubre a sí mismo descubriendo una parte de su pasado o recomponiendo la imagen que tenía de sí mismo. No se si soy la única que lo piensa, pero a mi este tipo de novelas me parecen siempre recreaciones que combinan las esencias de la Odisea de Homero y de su inteligente protagonista Ulises, así como, en cierto modo del Edipo Rey de Sófocles, (o de cualquier tragedia griega donde la fatalidad del destino y el origen del protagonista condicionan todos los hechos que acaecen) eso sí, trasladadas a épocas más próximas (o contemporáneas) a la nuestra.   
Esta novela no presenta grandes novedades respecto a esa estructura de aventuras aunque sí introduce algunos escenarios originales (por ejemplo: el personaje protagonista, Hugo, es un niño huérfano que vive en una estación de tren donde cuida de los relojes),  elementos curiosos (como las referencias a los autómatas) y sobre todo un ambiente interesante ya que el leiv motiv de la trama (de los enigmas y los misterios), es la historia del cine. Pero, más allá de la historia en sí y de la escritura (que no es especialmente destacable), este libro, pese a su parca portada, ofrece una presentación que sí resulta original y muy atractiva, me explico:
El autor ha combinado las posibilidades de una novela tradicional con páginas y páginas de dibujos en blanco y negro que explotan los recursos de una novela gráfica pero que a su vez no se orientan a una disposición de estilo cómic, sino a la de un folioscopio.  El tamaño de libro y los dibujos, que muchos casos son apaisados y a doble página, no permiten generar la ilusión de la animación propiamente dicha, pero sí que constituyen una presentación metanarrativa de lo que el argumento recoge. La disposición de la historia a través de los dibujos y los textos es única y muy conseguida. Seguro que hará las delicias de los amantes del cine y resultará atractiva a aquellos a los que la lectura en general no les resulte muy entretenida (por estos motivos me parece que, aunque es un libro con el que los adultos pueden disfrutar perfectamente, es buena opción de regalo para jovenes de 12-13 años a los que se quiera introducir en el mundo de la lectura).
Lo único que me inquieta de este formato tan creativo es su posible 'anacronismo' respecto a las nuevas tecnologías. En resumen, ando con la duda de si tal experiencia lectora podría ser trasladada a un lector electrónico sin que pierda su gancho. Yo personalmente creo que no. Hay cosas que solo te las puede dar un libro de papel. Y ¡ojo! yo, pese a mis reticencias iniciales, tengo un ebook y disfruto mucho mis lecturas en él (quizás haga una entrada sobre mi kindle algún día), pero no por ello he dejado de comprar libros. Las posibilidades (y la mágia, por qué no) de las páginas de papel no son comparables al pragmatismo del ebook. Este libro, que bebe precisamente del arcaísmo de los recursos de imagen y los dispone en nuestra conciencia tecnologicada, quedando por encima de cualquier embellecedor en 3D, es buena prueba de ello.
Por cierto, si la experiencia dinámica de los dibujos de Hugo no ha quedado clara, os invito a visitar la página oficial dónde hay un pequeño flash con las primeras imágenes del libro proyectadas en secuenta: http://lainvenciondehugocabret.grupo-sm.com/index.html
Para terminar, ¿habéis leído el libro?, ¿habéis visto la película?, ¿qué opinion os merecen u os merece?, ¿me recomendais la película?


viernes, 23 de marzo de 2012

No toques las agujas de tu corazón...


En estos momentos estoy inmersa en la lectura de Los caminates: Hades Nebula de Carlos Sisí, que nada tiene que ver con La mecánica del corazón, sin embargo, y mientras acabo con el último volumen de la trilogía de Los caminantes, ¿Por qué no empezar esta colección de reseñas rescatando algunas que ya tenía escritas (y algunas publicadas en Ciao) de algunos libros que he leído estos últimos años y me han gustado especialmente? Esta parece una buena idea: 

La mecánica del corazón de Mathias Malzieu, es uno de esos libros que sigues recomendando aunque pase el tiempo y de los que guardas un especial recuerdo aunque hayas olvidado los pormenores o el nombre de los protagonistas. Como  escribe Philippe Manche, de SOIR: "Con esta novela se siente el impulso de comprarla de diez en diez ejemplares para poder regalarla a nuestros seres queridos."
Hace un par de años compré  este libro en un arrebato consumista (era época de bonanza económica en mis cuentas y los caprichos literarios estaban a la orden del día) cuando estaba en la mesa de novedades de La casa del Libro. Debo admitir que lo adquirí principalmente porque me encantó el dibujo de portada. Sin embargo, la ‘bonanza económica’ era el resultado de un buen cúmulo de trabajo así que el libro quedó relegado en una estantería hasta que meses después lo redescubrí y ¡qué grato redescubrimiento!
No es una novela especialmente extensa,  y el estilo de su prosa compone una lectura muy ligera. Personalmente lo leí en una noche, pero no porque fuera corto (la edición en castellano consta de 174 páginas), sino porque la historia atrapa hasta tal punto que hay que hacer gala de una fuerza de voluntad increíble para parar de leer (fuerza de la cual, por cierto, carezco por completo).
La contraportada de mi edición recoge un comentario de El Mundo según el cual la novela de Malzieu "sigue la estela del mejor Tim Burton", y tras  la lectura, coincido plenamente. Es cierto que la ambientación y la historia en sí mismas son góticas, barnizadas por esa tristeza lángida pero a su vez llena de vida, tan propia de las películas de Burton. Sin embargo, en mi opinión, aunque la obra de Mathias Malzieu puede reenviarnos recuerdos de Eduardo Manos Tijeras, nos ofrece algo completamente nuevo. La mecánica del corazón se presenta como un cuento que rompe las costuras de esta envoltura. En ese sentido, para mí, se acerca a la idea que subyace a La princesa prometida (la novela de William Godman, no la película) salvando todas las diferencias respecto al contenido y el estilo.
La historia de Malzieu tiene un ritmo trepidante, como lectora no esperaba ninguno de  los giros que toma la misma y eso es maravilloso porque es lo que hace especial una novela y la hace destacar en medio de la superpoblación literaria de  hoy en día. Los personajes, cuidados y de una profundidad lograda a través de  la retórica, me enternecieron con su dulzura y sus desdichas. El autor logra que les comprendamos pues, al fin y al cabo habla de sentimientos tan contidianos (pero tan difíciles) que es harto complicado no sentirse identificado:
Cuando Jack, nuestro protagonista, nació la noche más fría de la historia, necesitó para sobrevivir que su corazón fuera sustituído por un reloj de madera, un reloj que debe cuidar. siguiendo unas sencillas reglas: Uno: No toques las agujas, Dos: Domina tu cólera, Tres: No te enamores nunca; La mecánica del corazón depende de ello. Jack tiene un aparatoso reloj de cuco en el pecho que cuidar, pero ¿no tenemos tod@s un precioso corazón que en ocasiones nos domina y que con esmero tratamos de proteger de las dentelladas de la vida?. Una novela alegórica, tierna y cercana, que sin duda seduce a adultos y jóvenes por igual.
Si os gusta el universo de Burton, os recomiendo esta novela, y si os gustan las historias que mezclan la más cruda realidad con la mágia y la candidez de los cuentos (sin caer en lo relamido y cursi) también.  Pero sobre todo os la recomiendo si os gusta disfrutar de una buena escritura, Mathias Malzieu consiguió transportarme a la noche más fria de la Historia en pleno Agosto, y de verdad sentí frio.


...


PD.: No hay que juzgar a los libros por su portada (y a veces tampoco por su contratapa y si me apuras tampoco por el autor) pero en este caso sigo prendada de la estética.  La ilustración de La mecánica del corazón (y según tengo entendido, del resto de títulos de Mathias Malzieu: La alargada sombra del amor y Metamorfosis en el cielo, que ya ocupan su espacio en mi e-book y espero poder leer este año) corren a cargo de Benjamin Lacombe (http://www.benjaminlacombe.com/), autor e ilustrador de, entre otros, Los amantes mariposa, un precioso libro infantil. El diseño que caracteriza a Lacombe es dulce, elegante, huele a lluvia y tormenta y tiene un punto burtoniano en el diseño de esas miradas lánguidas acompañados de preciosos detalles que rozan lo extravagante. De las obras literarias de Lacombe no puedo hablar pues aunque me hubiera gustado dedicarles tiempo lo que no les he podido dedicar, de momento, ha sido dinero (los libros, de tamaño A3 y con un hilo ilustrativo más que literario están entre 20-30€), pero sí me gusta ver sus ilustraciones aunque sea vía on-line. Si os gusta la portada de La mecánica del corazón, el resto de su obra (hasta la fecha) no os resultará indiferente.

martes, 20 de marzo de 2012

Letra capital

Según decía Newton tarde o temprano todo lo que sube baja y parece que tan inexorable como la Ley de la Gravedad, se cumple una ley en Internet según la cual todo cibernauta que se precie acaba viniéndose arriba con sus elucubraciones personales y decide compartirlas dando de alta un blog. Así que supongo que era cuestión de tiempo (y también, en este caso, la sugerencia de una vieja amiga), que yo misma me decidiera a cambiar el pequeño escenario de los estados de facebook por este gran salón de reuniones que me presta amablemente blogger.
En principio A pie de página nace con la intención de recoger y compartir mis opiniones y críticas sobre los libros que tengo la oportunidad de leer. Estos, como espero tengais el gusto de comprobar, no son pocos ya que si algo me es propio desde que tengo memoria, es el amor por las bellas letras y una buena colección de dioptrías, así como una docena de estantes repletos de libros y peligrosamente pandeados por el peso, lo demuestran. Como decía, este es el objetivo a día de hoy, lo cual no implica que con el paso del tiempo la estructura se vaya ampliando o incluso desviando de este. Quién sabe, igual finalmente mi inconstancia se impone y termino echando el cierre prematuramente... En cualquier caso para poder asomarnos a ese futuro incierto, lo primero es darle vida en el presente y por ello, doy por inaugurado este blog y por terminada esta primera entrada.