domingo, 27 de abril de 2014

Reseña: Apocalipsis de Nicholas Wells

Nicholas Wells fue otro de los autores que confió en mí para leer y reseñar una obra que con esfuerzo ha autoeditado y está promocionando por la red. Su novela Apocalipsis es el primer volumen de lo que será una trilogía de temática sobrenatural y como a mí me encanta el género, ¿cómo me iba a resistir?, ¡imposible! y no solo no me resistí sino que me empapé de la novela y la leí en apenas un par de días. Vamos a ver qué me encontré entre sus páginas.
 
 Como recordareis los que leísteis la sinopsis (Aquí podeis refrescar la memoria) la propuesta de Wells tenía como eje central la aparición de un misterioso virus que llevaba a la población a autoinflingirse daños hasta la muerte. Y yo pensé entonces que probáblemente seguiríamos los derroteros de un argumento como el de El incidente, de M. Night Shyamalan. Cuando vi que luego transitábamos desde las explicaciones científicas a las paranormales pensé en mi adorada REC y en su salto mortal desde los infectado (¿gripe?, ¿rabia? ¿un sarampión muy bestia?) a los poseídos así de repente y sin anestesia. Pero como a mí no es que me gusten las películas de miedo de serie B sino que si me dejas una tarde tonta me pongo a comer palomitas como una loca con las de serie Z pues me adentré en Apocalipsis con el gusto desmedido de quien se conoce de memoria todos los giros de la historia pero que va a disfrutar como una enana entre sus páginas. Y no me defraudó.
Bien, la novela empieza en el pequeño puedo de Little Rock donde los protagonistas van apareciendo uno a uno. Y digo yo, ¿qué pinta un emplazamiento y unos personajes típicamente americanos en la obra de un autor que se ha puesto en contacto conmigo en perfecto castellano?, rebusco la biografía de Nicholas Wells y reafirmo mi sospecha de que el autor es de la península. En mi versión de escritora vaga (porque no me pongo, me aburro en seguida, se me olvida qué iba a escribir, soy un desastre organizativo...) reconozco que es mejor escribir sobre lo que conoces ya que lo familiar resulta más cómodo. Pero también he de reconocer que a fuerza de leer novela americana, al final lo familiar resulta made in USA y como que escribir sobre Paco y Elena parece que no tiene tanto gancho como escribir sobre James y Amy, así que... Entiendo a Wells, si bien reivindico la novela de la tierra.
Volviendo a la novela, lo que tenemos en Apocalipsis es lo que un buen amigo denomina un producto Yanqui. Tenemos al padre ocupadísimo con su trabajo que ignora por completo a su hijo (él solo quería que fueras a su partido de beisbol, ¿por qué le hiciste eso a Billy?¿¡Por qué?!), el hijo, por supuesto, es un taciturno cerebrito al que el abusón de turno (capitán del equipo de... algo) martiriza; su mejor amigo es un nerd más perdedor que él (estilo Millhouse) y por supuesto bebe los vientos por la guapísima y popular jovencita que sale con el abusón. Cuando los 'ataques' empiezan a suceder entran en acción otros personajes yanquis típicos, los militares que se deben a su honor, saben usar pistolas y encima son buena gente; los científicos un poco pardillos que no obstante hay que proteger porque son super listos y los policías del FBI de la CIA o de cualquier otro organismo gubernamental que suene a men in black y que acuden siempre para 'controlar el cotarro'.
Con estos personajes, Wells arma una historia que sigue el guión más o menos tipico de estas novelas que suele ser el siguiente (sin spoilers porque vale para cualquier otra peli o novela de este género): primero el desconcierto (¿qué está pasando?, ¿es un virus?, ¿son ataques de animales salidos del mismo infierno? no pasa nada, porque nuestros protagonistas, pese a las dudas iniciales siempre están resueltos a enfrentarse a lo que sea, aunque solo tengan 15 años), luego la búsqueda de respuestas (carreras, emboscadas, peligros en el camino, una jincama sobenatural en la que siempre hay algún personaje que termina muriendo tras un episodio especialmente heroico. En esta parte los personajes suelen reconocer sus flaquezas, venirse abajo por alguna razón u otra pero sus compañeros de viajes (ahora amigos inseparables) les levantan el ánimo y les recuerdan que el futuro de la humanidad depende de ellos así que: ¡caminando, que es gerundio!), y por último, la desgarradora batalla final (Pim!, pam!, Ohhh!, Smuggg!, ¡Adiós mundo cruel! ¡muere villano!, ¡Luke, soy tu padre!) y fin (la cámara se aleja lentamente dejando a los protagonistas supervivientes, maltrechos pero felices, bañados por la luz del amanecer). 
Otro topicazo de las pelis y las novelas
Hay escenas muy muy buenas como por ejemplo la que relata el suceso  en la clase de música. La tensión y el punto de terror que se alcanza en ese punto son estupendos, tanto que yo hasta eché en falta un par de páginas más aprovechando es atmósfera tan oscura. También me gustó mucho todo el episodio en la de la pareja de ancianos que se refugiaba en la Iglesia. Pero hay otras que son de manual de libro de miedo como la manía de algunos autores por crear una situación muy complicada y después resolverla por arte de birlibirloque en el párrafo siguiente (por ejemplo: Oh, necesitamos tres pelos de barba de chivo, un copo de nieve recién caído y una caja de música rusa del siglo XIX!. - Pero, Billy, ¡estamos en Granada! (fase de un hundimiento depresivo del protagonista).-Tranquilo, Michael, ¡lo encontraremos! (los yanquis son super positivos siempre). Y resulta que Michael tiene razón y van y ¡lo encuentran!, así sin esfuerzo, a la vuelta de la esquina. Consejo para los autores: si complicas la situación, luego no la resuelvas sin esfuerzo porque a mí, personalmente, me desilusiona. Vale que el autor es el dios del libro y hace y deshace a voluntad y si quiere colocar un chivo disecado al lado de un caja de música y un poco de escarcha en mitad de la mezquita de Córdoba, allá él, pero después pídele perdón a la coherencia argumental por el gancho de derecha que le has arreado). 
Bueno, he aprovechado un poco esta entrada para hacer una crítica generalista a las novelas de corte sobrenatural, pero, para qué vamos a engañarnos, si me sé el guión es porque me gustan y las consumo con asiduidad :P. Apocalipsis está bien escrita, engancha y aunque tiene un argumento que ya hemos visto en otras ocasiones, no por ello deja de ser un material entretenido que te mantiene en vilo buena parte de sus páginas. Así que si os gustan las historias sobrenaturales, no os perdais esta (podeis conseguirla justo aquí). Nicholas Wells, ¡espero la continuación pronto!

miércoles, 23 de abril de 2014

Día del libro 2014

Hoy es el día del libro y las ferias en honor al susodicho hacen su agosto, o más bien su abril. Un blog literario que se precie no puede dejar pasar el día sin dedicar un post a esta celebración y heme aquí, a las teclas.
Hoy no pienso hacer nada especial, no voy a comprar ningún libro. Hoy, como siempre últimamente, se me acumulan los quehaceres doctorales y cada minuto es oro para dedicarlo a , leer, releer escribir, reescribir y vuelta a empezar. Eso sí, probablemente por aquello de la víspera de la fiesta, las últimas semanas he andado más atrapada en la lectura de lo que había estado en algunos meses. Después de leer en pocos días Apocalipsis, de Nicholas Wells (su reseña próximamente) me perdí en la prosa divertida de Eduardo Mendoza y su Enredo de la Bolsa o la Vida desde el cual me lancé, por (extraordinaria) recomendación, de cabeza (y sin mirar si había agua) a la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo. Había, por cierto (agua, me refiero. Agua límpia y refrescante). Ya he superado el ecuador del segundo volumen y tengo muchas ganas de compartir con vosotros todas mis impresiones, espero que más pronto que tarde. Así que, de momento y con la promesa de reseñar pronto, os deseo un feliz día de libro pero sobretodo, magníficas y apasionantes lecturas hoy y siempre, tal vez con la compañía de un buen café.