jueves, 31 de octubre de 2013

Especial Halloween

Esta noche es Halloween y mañana todos los Santos. No voy a entrar en disertaciones sobre si la nuestra es la fiesta de las velas en aceite, el sepulcral silencio respetuoso y la jornada intensiva de limpieza de lápidas mientras que Hallooween, con su jolgorio, sus calabazas y sus caramelos es una fiesta yanqui adoptada con éxito o no. A mí lo que me interesa es que en estas fechas empieza a hacer frio de verdad, quedan 10 días para mi cumpleaños y allá donde mire veo adornos terroríficos, maratones televisivos de películas de terror y ofertas de libros del mismo género. ¡Me encanta!
 


Puesto que la última vez hablamos de política, sigamos con este particular ciclo terrorífico y mejoremos la apuesta con un ranking de las 5 novelas/relatos más terroríficos que he tenido el placer de disfrutar.

1. sin lugar a dudas: El Resplandor, de Stephen King. A los que hayais visto la película clásica os diré que del libro solo toman el título y el leit motiv. Pocas veces he pasado tanto miedo imaginando una escena de un libro como cuando el pequeño Danny se queda atrapado en el tunel de hormigón del jardín. Y eso
que King me ha brindado grandes pesadillas (o al menos una inquietud malsana de esas que se padecen bajo las sábanas, escudriñando furtivamente la oscuridad de la habitación). Grandes novelas como El misterio de Salem's Lot o It no deberían pasar desapercibidas en este ranking. Tampoco relatos cortos de una agudeza teorrorífica prístina como Los niños del maíz o el coco. Pero es que si me dejo llevar ¡King se monopoliza el podio! así que, me quedo con El Resplandor por encima de todos. Aunque sin perder la vista a Pennywise y su susurro: "aquí abajo todos flotan"...
2. La máscara de la muerte roja de Edgar Allan Poe. En apenas unas páginas este clásico del terror es capaz de introducirte en una habitación claustrofóbica y conectar la maquinaria que te llevará a la muerte permitiendote ver el momento exacto en el que ello ocurrirá. Bestial. Pero, ¿Qué hay de El gato negro, el corazón delator, el cajón oblongo, el caso Valdemar o el entierro prematuro? Poe se sumerge en la psique humana y hace aflorar los miedos más arrraigados como la culpabilidad, el miesterio pútrido de los cadáveres o el terror a ser enterrado en vida. Y como en esencias de perfume, lo dispone todo en frascos diminutos donde el germen fermenta y se hace fuerte para atenazar al lector en un estrecho abrazo de tinta y palabras. ¿No lo sentís también vosotros, con las primeras palabras del Corazón delator?:
¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia. 
 3. Otra vuelta de tuerca, de Henry James es tal vez uno de los clásicos más perturbadores de los que he
podido leer. Lo que podría haber sido una simple historia de fantasmas en la que los elementos tradicionales (la casa vistoriana, los niños que revelan extraños sucesos, el pasado incierto que atormenta a los protagonistas...) va un paso más allá al concentrar el relato en la perspectiva de un único personaje: la institutriz que llega a la mansión Bly y a través de la cual conocemos todos los sucesos. Una atmósfera preñada de dudas y sucesos inquietantes cuya confirmación o negación se convierte en el motor desbocado del argumento. Una pieza indispensable en cualquier librería de un amante del terror.


4. Los del otro lado, de Christophen Buehlman. Este verano tuve el gusto de encontrarme por casualidad con esta novela que me dejó gratamente sorprendida. Había descargado un montón de novelas estilo best seller por aquello de pasar el verano sin tensiones neuronales pero sin la pretensión, por tanto, de hayar grano entre tanta paja. Pero, ¡menuda sorpresa!. Debo reconocer que en principio la ambientación en 1935 me mareaba un poco porque no acababa de ponerme en situación y la premisa que daba comienzo al argumento (Frank Nichols se traslada a vivir a un pueblecito en Georgia donde vivía su abuelo, un hombre  capaz de una brutalidad inusitada con sus esclavos que fué asesinado por estos y sobre el que Frank siente verdadera curiosidad) no era muy esperanzadora... ¡Qué sorpresa! tras unas pocas páginas de presentación, Buehlman nos mete de lleno en el fango, nos desconcierta y nos arrastra por una historia trepidante que reinventa un viejo clásico (sin spoilers). No es de extrañar que, como supe más adelante quedara en 2012 finalista del premio a la mejor novela de los World Fantasy Awards, junto a obras de Stephen King y George R.R. Martin. 

5. Lo dejo el último porque aunque me entusiasmó página tras página y tiene momentos horripilantes, el final de me desilusionó bastante. Hablo de El ocupante de Sarah Waters. Encontramos aquí una novela de casa victoriana y sucesos paranormales, del descenso a la locura y la aceptación de la demencia o la aceptación sin ambajes de la existencia de algo más allá de lo físico. Sin duda la autora logra generar un ambiente opresivo e inquietante con escenas increíblemente terroríficas de encierros involuntarios y apariciones violentas. Toda la novela merece un puesto bien representativo en el panorama del terror pero, por alguna extraña razón, Water decide darse por vencia en el último capítulo y no resolver nada dejando al lector (o al menos a esta lectora) con una sensación de estafa grande. Odio los finales abiertos...

Y hasta aquí el post de hoy. Que tengais un buen puente y que las brujas no os persigan esta noche ;)

domingo, 6 de octubre de 2013

De falacias y política



Ayer en La Sexta Columna, Miguel Ángel Rodríguez trató de defender la LOMCE batiéndose en combate dialéctico con Pablo Iglesias. Ni qué decir tiene que sucumbió con argumentos zafios y repetitivos ante las intervenciones cargadas de datos y razones del profesor universitario (Si a alguien le interesa puede verlo aquí:l). En la contienda, el consumado tertuliano esgrimió un argumento que probablemente él consideraba de peso, para justificar la reforma en educación: "Los que se van a fregar suelos en Londres han estudiado con el modelo socialista". Esta afirmación de Rodríguez que, tal cual yo lo entiendo, pretende justificar el supuesto fracaso del modelo educativo socialista con la salida profesional que encuentran los licenciados (diplomados, graduados o lo que sea), constituye una falacia en los siguientes términos.

Una falacia es un argumento que parece verdadero cuando no lo es. En otras
palabras, una falacia es que alguien nos venda la moto, nos tome por tontos o nos la intente clavar por la espalda y encima lo haga tan bien que casi cuele. Tipos de falacia hay muchos, en palabras de Rodríguez a mí me parece reconocer una falacia del tipo post hoc ergo propter hoc, según la cual si un acontecimiento ocurre después de otro, uno es causa del otro. Ciertamente tanto los que van a fregar suelos a Londres como los profesionales que son requeridos por la Agencia Estadounidense (ironía mode on) de tan poca monta (ironía mode off) como la NASA, se han formado en un modelo socialista ya que todas las Leyes de Educación las ha efectuado este partido (eso sí, buscando el consenso con el resto de formaciones). Irse a fregar suelos (aquí en Londres o donde sea), no implica que la persona en cuestión no sea un gran profesional (lo cual constituye otra falacia, en concreto una afirmación del consecuente, según la cual la premisa (fregar suelos) nos da información (explícita o implícita) de lo que implica, (no es una persona debidamente formada académicamente) así que se sigue una conclusión  obviamente falaz (el modelo educativo en el que se formó era deficiente)) simplemente es un acontecimiento que se da 'después' cronológicamente, pero que no tienen una relación de consecuencia legítima respecto a la anterior.

Por otro lado, estamos asistiendo a una migración de españoles con todo tipo de formaciones. Desde personas con formación básica (adscritos a modelos educativos, en ocasiones, anteriores a la LOGSE), pasando por premios a la excelencia en sus cursos académicos, científicos, investigadores y otros profesionales que han destacado en sus campos meritoriamente y que, tal vez, no tengan otra que aceptar un trabajo muy por debajo de su formación porque los diplomas no se canjean por comida en el supermercado.

En general, el discurso de Rodriguez, que trataba de elogiar a los profesionales de la educación por un lado, mientras subrayaba una y otra vez que la LOMCE solo trataba de ayudar a profesores y alumnos a mejorar sus condiciones (falacia del alegato especial: no somos capaces de entender las complejidades y sutilezas de una ley que solo vela por nuestro bien. La manipulación mediática no nos deja apreciar los beneficios que se seguirán de ella) parecía más bien una burla ante el criterio de los miembros del sistema educativo. Con la burda demagogia a la que nos tienen acostumbrados no dudó en referirse indignado a la marea verde como a una minoría gritona que no quiere progresar, lo que importa, ya lo sabéis, es la mayoría silente que se queda en casa (falacia de Argumento a silentio, según la cual el silencio de un interlocutor sugiere que este admite la certidumbre del argumento del oponente).

No sé cómo Pablo Iglesias fue capaz de aguantar el tipo y con la tranquilidad de una oratoria que se sabe razonable y la firmeza de unos datos incontestables, darle la réplica a este 'periodista, escritor y antiguo portavoz del gobierno de José María Aznar' que no paraba de interrumpir (la mala educación no es una falacia, pero la honradez dialéctica la presupone en un buen debate). Yo hubiera caído en la falacia ad baculum y le habría dado un buen guantazo a ver si descubría que debajo de la piel se escondía un cyborg programado que repite una retahíla que ni entiende ni critica, solo vomita.



Perdón por el rollo!, si os interesa el tema de las falacias os recomiendo esta comunicación (es un video muy entretenido) en el que se da cuenta de algunas de ellas con ejemplos muy cercanos: Aquí