Pues parece que este viernes contra todo pronóstico (¿?¿?¿¿?¿?) no se ha acabado el mundo..., por desgracia tampoco se han acabado los recortes. Estas últimas semanas la protagonista indiscutible de la protesta ciudadana ante las tijeras ha sido la marea blanca. La sanidad (madrileña, especialmente), se ha volcado en pleno para tratar de frenar la privatización de los hospitales públicos que hasta la fecha eran referencia internacional en gestión e investigación con, sin embargo, uno de los presupuestos más bajos.
Admiro a todos y cada uno de los profesionales que han hecho posible esa gran sanidad y que ahora la están luchando con uñas y dientes por defenderla.
Creo que a veces se nos olvida el hecho de que no es necesario que llueva fuego o nos arrase un sunami para que el mundo que conocemos se acabe, los golpecitos constantes son tan terribles como las grandes embestidas. Que los mayas no hayan predicho el fn de mundo, no implica que las amenazas se hayan acabado.
La unión hace la fuerza. Los egoísmos nos pierden. De nosotros depende que potenciamos.
ResponderEliminarel mundo se acaba cada noche, cuando cerramos los ojos...
ResponderEliminarQué bien expresado, Silvia
ResponderEliminar"Los golpecitos constantes son tan terribles como las grandes embestidas". Y tanto, y tan cierto ):-
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