jueves, 6 de diciembre de 2012

The love season, Elin Hilderbrand



Hacía tiempo que no subía una reseña  literaria. Últimamente no estoy teniendo mucho tiempo para dedicarle al blog ya que los quehaceres diarios y además las tareas académicas no me están dejando mucho tiempo libre. Por suerte, el que tuvo retuvo, y yo retuve alguna que otra reseña de lecturas anteriores que aun no había compartido, así que vamos a ir sacándolas a la luz poquito a poco:


La tienda de los paraguas, es el desafortunado título que ha recibido esta novela que con mucho ha sido una de las mejores que he leído este año. No es que el título original (The love season) fuera especialmente bueno (de hecho suena a novelucha romanticona que me hubiera ahuyentado de buenas a primeras. Nada que ver con lo que esconde entre sus páginas, por cierto), pero La tienda de los parguas es la traducción de algo que no la hubiera necesitado y que en castellano desconcierta al lector incauto y desvirtua el sentido que tiene para la novela.
Les parpluies es el título del cuadro de Reonir que pego aquí a mí derecha, que tiene una presencia especial en la vida de Marguerite, la protagonista, hasta el punto de ser este el nombre elegido para su precioso restaurante. Señores traductores: Les parpluies, los paraguas, pero no la tienda de los paraguas, por favor se lo pido.
Nuestra protagonista, como decía, es Marguerite, una chef que ya ha alcanzado esa edad en la que se puede mirar hacia atrás y ver el camino recorrido casi por completo, perfecto para reflexionar sobre lo que fue, lo que pudo ser y sobre todo lo que nunca fue y pudo haber sido. Así, negro sobre blanco, a lo largo de un ajetreado y largo día, nuestra excelente chef rememora sus años más felices hasta dar sentido hasta la extraña situación personal en la que se siente sumida en su madurez. A la par esa historia en retrospectiva se entrelaza con la de la coprotagonista, Renata, recién salida de la adolescencia, zarandeada por los vaivenes de la juventud que le apremia el presente pero siempre orientada hacia un futuro cercado pero aún por descubrir. Esa línea temporal presente-pasado y presete-futuro, tienden a encontrarse equilibrando la experiencia con la novedad en una novela que me ha recordado mucho (salvando las distancias) a El jardín olvidado de Morton.
¿Es un historia de amor? bueno sí, hay historias de amor, como en casi todas las novelas.¿Son estas al uso? algunas sí y otras decididamente no, por suerte las primeras son accesorias, la última es central. La novela compensa el dramatismo de la vida de Marguerite con la frescura de la de Renata de manera que los momentos más bajos de la primera, que rozan el drama, levantan el vuelo con las divertidas historias de la segunda, cómicas por su inocencia, propias de comedias románticas.
Sin duda es una novela muy bien escrita, equilibrada, tranquila, que se disfruta por la cadencia con la que los secretos se van destapando. Hildebrand tiene gracia para mantener la intriga, hacer que el lector disfrute con cada paso dado en la vida de los protagonistas, todo en un entorno agradable, acogedor pero en ocasiones también peligroso. Fue una novela que leí muy agusto. Recomendable 100%.  Ya me contareis si os animais a descubrirla :)
Por cierto, aprovechando el elemento central que tiene la comida en esta novela y siendo que precisamente el momento culminante debe ser una gran cena al rededor de la cual poner en claro viejas historias que coartan el futuro de sus protagonistas, me han venido a la mente dos películas que con tiempo me gustaría volver a ver: 'El festín de Babette' y 'como agua para chocolate'. Mmmmm... y a ver si con los frios que empiezan a arreciar me animo a encender el horno para hacer galletas de chocolate y almendra :)

1 comentario:

  1. Parece muy interesante e ideal para leer estas navidades junto al fuego. Me la anoto, y quizás también la regale.
    Pd: Cuenta conmigo para probar una de esas galletas de almendra y chocolate... :-)

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