sábado, 6 de octubre de 2012

Un féretro en el tocador de señoras, sí, me cautivó el título, aunque la sinopsis no fue tan atractiva:
Una niña bien (rica, pija), que discute con sus papis, con su novio (su 'cari') de toda vida, y realizada como nunca, decide alquilar un apartamento que, ¡Oh my God! está ya habitado, por un fantasma.
Pese a la reticencia inicial decidí concederle una oportunidad porque un planteamiento así podía dar un resultado o muy bueno o muy malo. Digamos que, depues de leerla, en mi opinión no es el primero de los casos.
El estilo de Regina Román me recuerda al de Eduardo Mendoza, pero en malo. Es decir, un lenguaje engalanado de vocablos cervantinos (increíblemente deleitantes en el caso del segundo, forzados y ridículos en el de la primera) dando vida a situaciones desconcertantes que buscan conquistar al lector a través del esperpento cotidiano. Sí, recuerda a Mendonza, pero no es Mendoza. La protagonista pija y su fantasma obsesionado por la moda y los complementos no me dicen nada, son personajes sin profundidad, infantiles, que sucumben a lugares comunes un tanto burdos. Las diferentes escenas de 'acción' se suceden tan deprisa y con intentos tan descarados de resultar cómicas o de emular escenas consabidas de comedias románticas, que dan una imagen de conjunto que recuerda (demasiado) a un libro 'típico' para adolescentes (no precisamente de los de Jordi Serra i Fabra los cuales para mí, tienen una calidad muy superior a la media; u otros ejemplares dignos de considerarse 'literatura' juvenil), es decir ligero, superficial, de situaciones forzadas y argumento predecible. 
La autora, en sus propias palabras, trata de novelar la autoayuda dando un significado profundo a su novela. Sin embargo yo disiento con su presentación estereotipada de diferentes grupos sociales (desde los pijos, hasta los hippies pasando por los homosexuales); en algunos casos muestra clichés tan toscos (sin ánimo humorístico) que pueden resultar incluso hirientes. Una autoayuda, en última instancia, demasiado frívola para mi gusto. Tuve que hacer un esfuerzo para acabarla, para mí una novela totalmente prescindible. Eso sí, el título me encanta :)
 Por cierto, ¿soy la única que piensa que lo de la 'autoayuda' es una contradicción in terminis? al fin y al cabo si la ayuda me la doy yo a mí misma, ¿para qué necesito un libro?... ¡arre unicornio!

14 comentarios:

  1. Me encanta el género chick lit y este libro hace tiempo que quiero leerlo, tiene muy buena pinta
    besos

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    1. A mí, Tatty, no me ha gustado mucho. Suele gustarme el Chick Lit, pero quizás uno que arraigue más en el postfeminismo más profundo y no uno que caiga en lo que Natasha Walter define tan bien en su 'Muñecas vivientes', es decir, la vuelta a la tortilla del feminismo: la mujer cree estar liberada cuando en realidad está más amarrada que nunca a el esquema de vida: princesa busca a príncipe azul... No se, no se, si te lo lees me gustaría leer tus impresiones, visitaré tu blog ;)

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  2. Tienes razón Silvia, deberían llamarse “guías para la autoayuda”. Porque efectivamente solamente uno (si quiere y pone el empeño) puede ayudarse así mismo.

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    1. Toda la razón. Lo cual nos lleva a plantear la necesidad de los psicólogos, pero eso ya es otro tema :P

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  3. No había leído ninguna reseña de este libro, pero tu reseña me echa mucho para atrás, creo que lo dejaré pasar al menos de momento.

    Un beso shakiano!!

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    1. Ya sabes que luego los gustos de cada uno sorprenden, pero vamos yo no lo recomiendo ;) Besos!

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  4. ¡Qué pena, porque a mí también me atraía el título!!!!.
    Lo de autoayuda vendrá porque pretenden ahorrarte el psicólogo, dándote por escrito unas pautas que el especialista te daría en la consulta. Digo.
    Los psicólogos seguirán siendo necesarios, no siempre ni para siempre, pero sí en momentos y situaciones puntuales.
    Me anoto la expresión "arre unicornio": me ha encantado...jejeje.

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  5. Sí, supongo que tienes razón (tampoco es cuestión de que se nos ofendan nuestros amigos psicólogos), pero no se, siempre me ha parecido una contradicción in terminis eso de llamar a un libro 'autoayuda'...
    En realidad la frase completa es: Aquí están todos locos, yo me voy... ¡arre unicornio! ;)
    Besos!

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  6. Como ya te he dicho en otros lugares (soy cofergil), aunque se halla en mi poder cada vez me da más pereza leerla.

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    1. Hola Concha!, pues como ya he dicho, no te pierdes nada aunque si al final vences la pereza y te dedicas a ella, no dejes de compartir tu opinión, la leeré encantada ;)

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  7. ::: joessshh qué lecturas, Silvia

    para mí que fuiste mala, malísima, en tu vida anterior y penas ahora con estos débitos lecto-morales

    el karma (कर्म) es lo que tiene (que es muy suyo)

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    1. Jajajaja, qué bueno Crisc! No se, yo en el fondo creo que estas lecturas me hacen el efecto de una penitencia personal pues me las autoinflinjo con alarmante regularidad. Cilicio-lecturas, vete tú a saber!

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  8. No sé qué me echa más para atrás, si el chick lit o la autoayuda. Lo que apuntas del lenguaje cervantino al estilo de Mendoza buscando la carcajada, es un recurso que he observado precisamente hace poco en un libro de un autor novel autoeditado y no funciona para nada, de hecho chirría, como al parecer ocurre con éste. Si uno no es Mendoza, más vale que se contenga y se reprima a la hora de utilizar ese lenguaje o de lo contrario sonará fuera de lugar. Un abrazo.

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    1. Hola Rebeca de Winter, y bienvenida a este rinconcito literario. Tienes toda la razón, muchos autores noveles ( o no) creen que con un lenguaje rimbombante ganan nivel literario cayendo en un gran error. El vocabulario extenso y las frases complejas no son bandera necesaria de una buena novela, al contrario, mal empleados pueden dar lugar a un texto farragoso y, dicho en llano, infumable. Además, Mendoza es Mendoza, su estilo es único y por lo tanto llevarlos a géneros como la chic Lit o la autoayuda (de las que yo tampoco soy fan pero a cuya lectura sucumbo de vez en cuando por aquello de romper con lo de 'de este agua no beberé')es una artimaña que no engaña al lector y sobretodo, que no funciona.
      Saludos!

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