Advertí que no era poetisa, y debo reconocer que no me he atrevido a componer mi propia oda contra los recortes. No obstante, como editora tengo algún futuro y para la causa me han querido llamar la atención estos pequeños versos de Blas de Otero que pertenecen al poema "Pido la paz y la palabra"
"Aquí tenéis, en canto y alma, al hombreaquel que amó, vivió, murió por dentroy un buen día bajó a la calle: entoncescomprendió; y rompió todos sus versos."
No se si la realidad acaba por imponerse a la retórica y al final termina uno rompiendo todos sus versos. En mi opinión los versos o la prosa son una excelente terapia contra esa realidad amarga que trata día tras día de infiltrarse en nuestras entrañas. Escribir para no morir, quizás mejor: escribir para no sucumbir.
Colaboro modestamente con este poema de Luis García Montero, de su libro "Vista cansada":
ResponderEliminarDEMOCRACIA DOS
Hay curvas en la vida de cualquiera
que son horas de angustia deshojada
y pétalos que caen desde el puente.
Yo me recuerdo así,
más amargo y más solo, más ajeno,
al ver pasar el agua.
El agua se llevó la dictadura.
La tinta del censor perdió sus ojos
y no pudo entender lo que estaba pasando.
Las esperanzas turbias
de los sacrificados y los fieles
olvidaron de pronto
el amarillo seco de las comisarías.
Ni miradas secretas, ni un papel
con horarios de misas
y nombres de malditos.
El agua se llevó, con los primeros viajes,
la luz de mis banderas comunistas.
También los sueños deben
poner los pies en tierra,
y los labios que dicen libertad,
justicia, socialismo,
no pueden llevar botas
para pisar silencios y cadáveres.
El agua moja hoy
los pies de los que viven con los ojos cerrados,
las tarjetas de crédito que miran a otra parte,
la mercancía sórdida de la felicidad,
la desesperación de Pasolini,
el cuerpo hipotecado de las noches sin alma,
la paz del que prefiere no saber,
ni preguntar, ni preguntarse.
Yo me recuerdo así,
más amargo y más frío.
Una vitalidad desesperada.
No son todos felices,
van a perder su rostro.
Pero nadie se para en la curva del puente
a ver pasar el agua.
Me encanta la contribución Atticus. Como ya he dicho varias veces: la poesía no es lo mío, así que no conocía este poema (y debo reconocer que tampoco al autor), pero este primer contacto me ha resultado muy estimulante. Lo dicho, gracias por postearlo. Un abrazo!
EliminarSi no conoces a Luis García Montero no sabes lo que es la poesía. Tengo pendiente un post sobre él: dame unos días y contaré una pequeña historia. Y léelo: lo que escribe es hermoso, a mí me llega.
EliminarNo, te lo puedo asegurar de antemano: no sé lo que es poesía. Así que espero con ansia tu nuevo post :)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminargracias... poemas, reflexiones, relatos... todo vale contra los recortes... abrazo!
ResponderEliminarGracias a ti por la propuesta. El viernes que viene más! ;)
EliminarMe ha gustado mucho el poema. Si es que Blas de Otero es genial. Coincido plenamente en tu reflexión final, la lectura (en el formato que sea) es una de las mejores maneras que hay de evadirse de la rutina y todo lo que ella conlleva.
ResponderEliminarUn beso shakiano!!
Suerte que siempre nos quedarán (espero) los libros :).
EliminarUn beso!
Otero y Luis García Montero: dos de mis poetas favoritos.
ResponderEliminarEscribir y leer para no sucumbir y para, a pesar de todo, seguir viendo pasar el agua.
:)
EliminarHoy estaba pensando que últimamente las grandes palabras y tal vez los poemas más sentidos se están escribiendo en sábanas y cartulinas, en cartones y muros. No deja de ser retóricamente(en el buen sentido)interesante (y diagnóstico de nuestro momento) el cambio de bastidor para las ideas. Me pregunto cómo serán las antologías dentro de un par de décadas. Pobres compiladores futuros, que gran (y compleja) tarea se les viene encima.
ResponderEliminarel viento recorta
ResponderEliminarla cima de mis labios en primavera
el gobierno, jaté, mi cartera
Liu Gong
Qué facilidad tienes, CrisC :P
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