martes, 30 de octubre de 2012

El evangelio de los reyes magos

Seguimos con las reseñas de autores que han tenido el detalle de pasarme sus novelas e invitarme a dar mi opinión tras su lectura. Hoy, en estricto orden cronológico, le toca el turno a Jesús Zamora Bonilla y su novela: El Evangelio de los reyes magos. Iba a guardarla para Navidades para hacer algo en plan temático, pero viendo que el super ya ha sacado los turrones (junto con los caramelos de Halloween, ellos mismos se están agobiando con lo de las campañas festivas) vamos a adelantarnos nosotros tambien intentando hacer fusión en plan 'pesadilla antes de Navidad':
Vamos al turrón! Debo reconocer que autor no me era del todo desconocido. Catedrático de Lógica y Filosofía de la ciencia por la UNED, en casa de dos licenciados en filosofía y actualmente doctorandos de precisamente esa especialidad, era difícil que no fuera así. De hecho tampoco su obra me era ajena, en casa somos asiduos a su blog (el cual recomiendo sinceramente y podeis visitar a través de este link: A bordo del Otto Neurath) además tenemos alguno de sus libros de no ficción en papel  y también otros en versión ebook. Así pues, la idea de que hubiera escrito un relato de ficción y habida cuenta de su especial sentido del humor y perspectiva filosófica a la hora de abordar el ensayo filosófico, no me hacían falta muchas más razones para lanzarme a la lectura.
Cómo él mismo la define, y yo concuerdo, ‘El evangelio de los reyes magos’ es una novela de intriga, epicúrea e iconoclasta, con esta definición y viendo su volumen (553 páginas en un pdf de DIn-A4) la inmersión se aventuraba de lo más interesante.
A grandes rasgos, la novela trata de un supuesto evangelio, perdido durante siglos, donde se pondría en tela de juicio grandes pasajes del relato bíblico ortodoxo en relación al nacimiento e infancia de Jesús. Obviamente y como el título anuncia, todo el asunto de la adoración de los magos, su original GPS estelar así como sus insignes presentes al recién nacido,  tal y como nos lo han contado sufriría grandes reveses a la luz de ese ‘nuevo Evangelio’, no obstante no solo esa parte de la historia base de la cristiandad se verá amenazada y es por eso que, la obra sacude las vidas de personas de muy distintas naturalezas que, por unos motivos u otros, ven en el Evangelio un compromiso peliagudo que pondrá pata arriba su vida.
La recreación de los distintos marcos históricos en los que se formula esta novela que salta en la línea temporal adelante y atrás con bastante acierto, es impecable. Sin lugar a dudas desde las escenas acaecidas en la II Guerra Mundial, como las que se desarrollan en la más terrible actualidad de la prensa rosa y las telecomunicación, han sido estudiadas y documentadas de manera que trasladan al lector suavemente instalándolo en contextos exóticos y desconocidos como si fueran familiares. En este sentido,  una de mis escenas preferidas (aunque terriblemente cruel) es la que abre el libro y que se desarrolla a lo largo de Prólogo. Esas primeras páginas me recordaron a las primeras escenas de Malditos Bastardos (Inglorious Bastards) de Quentin Tarantino, que también me resultan estremecedoras.  Mientras leía casi podía ver aquello que me estaba contando el autor, y lo que allí se relataba me dejó profundamente impresionada. Sin lugar a dudas eso es lo que busco cuando leo un libro, que me sacuda la imaginación y me emocione. La apertura en este sentido es digna de todos los elogios posibles.
Mientras leía, una idea se iba formando en mi cabeza: usualmente los libros de intriga  me impulsan a adelantar páginas con tal de descubrir de una vez el misterio. Muchos de estos libros los leo dos veces, una rápidamente para saber quién es el asesino o dónde está el tesoro o resolver cualquiera que sea el objeto o sujeto de la intriga, y otra para enterarme bien de cómo los personajes llegan a descubrirlo porque con las prisas en la primera lectura no me entero. (Bueno, al menos no hago como mi abuela que antes de empezar el libro se leía el último capítulo para evitarse la angustia durante la lectura. ) El caso es que, en esta ocasión de poco me valía adelantar páginas, así que en cuando pasaba unas cuantas en busca de respuestas, volvía cabizabaja hacia atrás a releer lo que me había saltado porque las respuestas no parecían llegar nunca, al contrario, parecían salpicadas en el grueso menos ‘emocionante’.
Y es que, cuanto más avanzaba en la lectura, más me daba cuenta de que El Evangelio no era más que un MacGuffin, palabreja del panorama cinematográfico que me ha enseñado la Sexta3 y que procedo a explicaros por si alguno, como una servidora hasta hace dos semanas, no conoce: es un elemento de suspense que hace que los personajes avancen en la trama pero que no tiene relevancia para la misma. Porque, a través del Evangelio conocemos personajes de índoles muy distintas, bien construidos, con historias personales interesantes y carácteres marcados y curiosos. Imposible no sentir un ataque de protección casi maternal hacia el pobre Ernesto Salaberri con su inocencia arraigada hasta el tuétano, o querer saber más de la vida y misterios de Klaus, o incluso de la  sorprendente Jacinta. Y todo ese coro de personajes diversos se interrelacionan, sin comerlo ni beberlo, por ese MacGuffin en forma de antiguo texto,  mostrando aquello que decía la teoría de los seis grados de separación: que cualquier persona del planeta (un exnazi, una condesa asidua a los programas del corazón, una quinceañera con un profesor de historia que es un ‘peñazo’…) está conectada a cualquier otra a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (entre ellos, por ejemplo, un códice de 2000 años de antigüedad).
Quizás precisamente, esa baza tan fuerte en la novela: la riqueza de sus personajes y el espacio (las páginas) concedidas a darles una vida particular a cada uno y a establecer los hilos que amarran a unos con otros, es también la parte que, en cierto modo, me ha resultado más criticable. A medida que avanzaba en el libro veía que cada vez me quedaban menos páginas para que todo se resolviera y viendo la cadencia con la que las cosas se habían ido desgranando, veía anunciarse en el horizonte un final apresurado que me dejaría a medias. Evidentemente así ha sido. Después de una larga historia inicial y un extenso desarrollo, encontramos con que la resolución del hecho central se despacha en unas pocas docenas de páginas que cierran un final sin posibilidad de continuidad. Es cierto que mantener un ritmo pausado como el que llevaba el grueso de la novela hubiera precisado de otras seiscientas páginas y un libro de tal magnitud terminaría, probablemente, siendo tan tedioso para el autor como para el lector. No puedo sin embargo echar en falta un final un tanto más estruendoso. Al fin y al cabo, lo que se da a conocer del Evangelio (donde por cierto el autor demuestra su conocimiento historiográfico y filosófico una vez más y de la mejor manera posible), es algo tan extraordinario, irónico y original que yo le hubiera dado más protagonismo (por pedir, ¿no?). Pero bueno, leedlo y opinaremos, no quiero espoilear nada de nada.
Otro de los aspectos ‘negativos’, si podemos considerarlo así, de la novela es que quizás es demasiado ambiciosa en relación a las historias secundarias que van surgiendo de las ramas principales de la rama. Urdimbres de los programas de corazón, corrupción política, trasuntos amorosos, académicos o personales. Es cierto que enriquecen el conjunto, pero en cierto modo hacen perder la continuidad del hilo principal (sobretodo, y para mi gusto, toda la historia política entre Germán y Laura: demasiado ajena al grueso para concederle tantas páginas. Aunque no por ello menos interesante. Quizás incluso diera para una novela independiente, pero en esta me sobra bastante).
En general la valoración es más que positiva. Me ha gustado mucho tanto el tono en el que está redactado (donde el rigor y la buena prosa se mezclan con geniales toques de humor y apariciones estelares del narrador omnisciente) como la historia y los personajes (aunque los apellidos de estos en ocasiones han sido tan extravagantes que me hacían perder el hilo de lo que estaba leyendo: Valmojado?, Entranvasaguas?... desconcertantes, pero geniales), si bien como he dicho, quizás es demasiado extensa en algunas partes y abunda en una pormenorización de los detalles muy interesante (lo cual personalmente, es una de las estrategias de autor que busco cuando leo una nueva novela), también en ocasiones es extenuante y prescindible. Como relató el autor en su blog, la editorial no ha querido darle cabida en su catálogo no saben lo que se pierden, y lo que gana la blogosfera teniendo al alcance de un click esta novela que supera en mucho a bastantes novelas publicadas a bombo y platillo (ejemplo… ‘si tu me dices ven lo dejo todo, pero dime ven’… ejem) presentadas a doble paginado en los catálogos y que no valen ni la tinta empleada en la promoción.
Una curiosidad o pregunta: El autor en su incursión en el mundo adolescente de la mano de la pequeña Maite, nombra en repetidas ocasiones el Tweejo  quien es a todas luces el conocido ‘Tuenti’, ¿me hago vieja y los jovenzuelos lo llaman así?, ¿es una estrategia del autor para no nombrar lo que no debe ser nombrado por derechos de autor?, llevo pensando en eso toda la novela principalmente porque la palabra Tweejo me suena fatal de los fatales.


Hasta hace unas semanas la novela era de acceso público porque todavía no había sido publicada, como he dicho  líneas atrás, y pretendía poneros aquí el link correspondiente ya que recomiendo encarecidamente su lectura. Sin embargo, a día de hoy observo que el blog donde radicaba ha sido dado de baja y entiendo, por lo tanto, que puede que alguna editorial haya reconocido la valía de la misma y se haya decidido a publicarla. Si es así, auguro un buen porvenir a la obra y mi más sincera enhorabuena al autor.

6 comentarios:

  1. Un millón de gracias, Silvia. ¡Supongo que tendré que escribir una "secuela" para satisfacer todas las carencias que señalas!
    Por cierto, que por las noticias que tengo, la novela estará a la venta hacia marzo-abril del 2013.

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    1. A tí por darnos la oportunidad de conocer de primera mano tu obra. Lo dicho, ¡Enhorabuena! seguiremos actualizando sobre tu novela en este blog ;)

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  2. Pues apetece leerla, aunque haya que esperar.
    Lo de leer saltando páginas, y tener luego que volver a leerla por no controlar la paciencia y querer saber antes de tiempo, me suena. Y alguna vez hasta he hecho como tu abuela: pero, shhhh, no se lo digas a nadie. :P

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    1. Merece la pena, sin duda.
      Jejejeje, si es que somos una impacientesss, pero bueno mira, eso es señal de que la novela mantiene la intriga y crea tensión :D

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  3. Me parece a la vez interesante pero tambien me da la impresión por lo que cuentas que se hace un poco larga, un besote.

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    1. No creas Rocío. Es cierto que es una novela extensa y que por lo tanto requiere también de un mayor tiempo de lectura, pero no se hace larga ya que hay mucha acción y muchas historias que no dejan espacio al aburrimiento. A mí, personalmente, no se me 'hizo' larga, al contrario, como digo, incluso la hubiera alargado más al final jejejeje. Un besote ;)

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